Seis casos que muestran cómo Pactos Colectivos atentan contra los derechos de asociación y libertad sindical
Jueves 29 de mayo de 2014, por Campaña
Colombiana por Trabajo Decente y la ENS
1659
El 15 de mayo pasado 28 sindicatos depositaron en
el Ministerio de Trabajo un igual número de querellas contra pactos colectivos
y planes de beneficios, con la pretensión de que el gobierno ejerza control
preferente e investigue a las empresas donde rigen estos pactos y planes de
beneficios, pues consideran que violan el derecho a la libertad sindical,
debilitan a los sindicatos y amenazan su supervivencia. Además le recordaron al
Gobierno los compromisos que en tal sentido adquirió con la Misión de Alto
Nivel de la OIT y en el Plan de Acción Laboral suscrito con Estados Unidos.
Como se sabe, en
Colombia los pactos colectivos son aceptados como formas de negociación, y legalmente
pueden coexistir con convenciones colectivas, pese a que la OIT ha señalado que
cuando exista sindicato los pactos colectivos no deben existir, y por lo mismo
ha hecho recomendaciones a Colombia, país donde, según el Min-Trabajo, entre
2011 y 2012 el uso de pactos colectivos creció 23%, mientras que las
convenciones colectivas solo crecieron 1%. Es más, ni el mismo gobierno se
salva. Uno de esos pactos es el de Colpensiones, entidad adscrita al mismísimo
Ministerio de Trabajo.
Básicamente las empresas
montan pacto colectivo por uno o varios de estos propósitos: otorgar mejores
beneficios a los afiliados al pacto que a los beneficiarios de la convención
colectiva; otorgar los mismos beneficios de la convención, con la exigencia de
que el trabajador no pertenezca o renuncie al sindicato; extender la aplicación
de pactos colectivos en fusiones o compras empresariales; establecer los pactos
colectivos como el límite o techo de la negociación colectiva con los
sindicatos; extender lo que más se pueda la vigencia del Pacto a fin de
obstaculizar al sindicato; y otorgar beneficios a los no sindicalizados para
desestimular la afiliación a los sindicatos, o truncar procesos de negociación.
Aparte de lo
anterior, son pactos que casi nunca cumplen los requisitos que el Código
Sustantivo de Trabajo establece para su conformación, que son básicamente los
mismos que se requieren para la convención colectiva: aprobación por asamblea
de trabajadores, presentación de pliego, negociación, y depósito de actas ante
el ministerio, etc.
Para ilustrar cómo
los pactos colectivos y planes de beneficio atentan contra el derecho de
asociación y libertad sindical, esta agencia de información documentó 6 de los
28 casos querellados, que muestran cómo las empresas montan estos pactos y los
distintos usos que les dan para debilitar y neutralizar a los sindicatos. Son
los casos de las empresas Industria panificadora Bimbo, Colpensiones, Ave
Colombiana, Banco BBVA, Ecopetrol y Aguas Capital de Cúcuta.
Industria
panificadora Bimbo
P.C como techo para la convención colectiva
P.C como techo para la convención colectiva
Bimbo es una
panificadora multinacional mexicana que llegó al país hace 18 años. Tiene
plantas en Tenjo (Cundinamarca), Cali, y Soledad (Atlántico).
El sindicato de
base, Sintrabimbo, se creó en el 2005 con 25 de los 400 trabajadores que en ese
entonces tenía la empresa (hoy tiene 3.300). Según Máximo Zamora Ruiz,
presidente del sindicato. Este se creó en respuesta a la política laboral
implementada por la empresa para reducir costos: horarios extendidos
obligatorios y sin pago de horas extras, enganche de nuevos trabajadores con
salario mínimo, cuando los antiguos ganaban más, despido de trabajadores que
tenían 5 o más años de antigüedad, sin previo llamado a descargos, entre otras
irregularidades.
En pocos meses el
sindicato llegó a tener 90 afiliados, pero la empresa ofreció gabelas y
convenció a la mitad de ellos para que se retiraran, y a quienes no tenían
fuero sindical los despidió. Fue tan fuerte el acoso que, temiendo quedar con
menos de 25 afiliados (el mínimo con que puede funcionar un sindicato de base),
se agremiaron en el sindicato de la industria hotelera, turismo y alimentación
de la CGT.
Un mes después de
creado el sindicato, y cuando éste apenas estaba en trámites de negociación de
la primera convención colectiva, la empresa montó un plan de beneficios para
los no afiliados al sindicato, por el cual les concedía regalos, básicamente
electrodomésticos, lo que desmotivó a los trabajadores a afiliarse al
sindicato. Y 6 meses después, sin terminar aún la negociación de la convención,
reunió a los trabajadores no sindicalizados y los hizo firmar un Pacto
Colectivo que les daba algunos beneficios, pero a condición de que no se
afiliaran al sindicato.
Finalmente la
convención se firmó, pero quedó igual al Pacto Colectivo, lo que significó un
duro golpe para el sindicato, que vio retirar a 34 afiliados, solo le quedaron
19. Buscaron entonces la protección de otro sindicato de Industria, porque con
el de la CGT hubo dificultades. Se afiliaron a Uta (Unión Trabajadora de
Alpina), sindicato con el que presentaron pliego de peticiones, que terminó en
Tribunal de Arbitramento porque la empresa se negó a negociarlo. Mientras se
definía el laudo arbitral, a los 19 sindicalizados se les retiraron los
beneficios del Pacto y se les congeló el aumento salarial. En tal situación
estuvieron dos años, tras los cuales el sindicato solo quedó con 7 afiliados,
totalmente discriminados por la empresa y el resto de trabajadores.
Por estos hechos se
interpuso tutela para reclamar derecho a la igualdad y el de asociación, que un
juzgado de Tenjo falló a favor del sindicato. La segunda instancia también
salió favorable, lo que obligó a Bimbo a nivelar los derechos del Pacto y a
cancelarles a los sindicalizados todo lo que les había dejado de pagar. Este
triunfo atrajo más afiliados: ya eran más de 25, que deciden “resucitar” el
sindicato de empresa. En septiembre de 2011 crean a Sinaltrabimbo y presentan
pliego petitorio, que la empresa acepta negociar pero poniendo el Pacto como
techo de la Convención.
Hoy Sinaltrabimbo
cuenta con 200 afiliados y está próximo a presentar pliego, cuya negociación no
será fácil estando de por medio el “techo” del Pacto.
Colpensiones
Caso de P.C en entidad estatal
Caso de P.C en entidad estatal
Colpensiones es una
empresa industrial y comercial del Estado adscrita a los ministerios del
Trabajo y Hacienda, creada en el año 2011 para administrar el sistema de
pensiones que antes tenía el Seguro Social. Se inició con 60 empleados, pero un
año después vinculó 1.100 trabajadores en todo el país, en su mayoría ex
empleados del Seguro Social y Cajanal.
Y fue en ese
momento cuando montó el Pacto Colectivo, solo que sin surtir los trámites
legales, o sea sin asamblea previa de trabajadores ni negociar un pliego.
Simplemente a cada trabajador que ingresaba le hacía firmar el Pacto Colectivo
como un acuerdo de voluntades entre el empleador y el trabajador, con una nota
que taxativamente dice que si se afilia al sindicato pierde los beneficios del
Pacto, que consisten en media prima en junio, una prima de productividad y 2
días más de vacaciones.
Los 1.100 empleados
no dieron abasto para atender la inmensa carga laboral que desde el principio
ha tenido Colpensiones, toda vez que no se cumplieron sus previsiones: esperaba
recibir entre 80 a 100 mil expedientes (solicitudes pensionales) y recibió
cerca de 300 mil. Además no funcionó debidamente el aplicativo informático que
implementó. En consecuencia, incrementó la carga laboral y las horas extras de
los empleados (que aún no se les ha cancelado), extendió la jornada a los
sábados e incluso a domingos, con amenaza de despido para quien no acudiera.
Además, con contrato por obra a través de una empresa temporal, vinculó 600
empleados nuevos, quienes realizan las mismas funciones misionales del resto
pero no tienen estabilidad laboral.
Ante tal situación,
en julio de 2013 un grupo de 30 trabajadores, en su mayoría jóvenes, se reunió
de manera secreta y conformó a Sintracolpensiones, sindicato de base, que con
la asesoría de la CUT ha logrado ampliar su membresía: hoy tiene 99 afiliados,
según lo informa Johny Erazo, mimbro de la Junta Directiva, y a su vez
estudiante de derecho laboral.
La empresa
reconoció el sindicato y ha mantenido el diálogo, cambió su posición frente a
la obligatoriedad de horas extras y trabajo los sábados, y ha mermado el acoso
laboral y los despidos, pero no avanza en la negociación del pliego de
peticiones que el sindicato le presentó en febrero de este año, y que tiene
como primera reivindicación que los sindicalizados tengan los mismos beneficios
del Pacto Colectivo, así como una nivelación salarial, pues hay trabajadores
que realizan la misma labor pero tienen diferencias cercanas al millón de
pesos.
El Pacto Colectivo
aún no ha sido revisado porque los trabajadores afiliados al mismo no tienen
oportunidad de reunirse a discutirlo, simplemente aceptan lo que el empleador
les imponga. “La meta es que en unos dos o tres años seamos sindicato
mayoritario y podamos derrotar el Pacto. Pero eso dependerá de lo que pase en
la negociación que estamos negociando”, agregó Jonhy Erazo.
Pacto Colectivo en
Ave Colombiana
P.C que otorgar los mismos beneficios de la Convención
P.C que otorgar los mismos beneficios de la Convención
Ave Colombiana es
una empresa que fabrica artículos electrónicos. Fue fundada hace 50 años por un
italiano, hoy en de propiedad de sus hijos. Su planta se ubica en la vía
Zipaquirá-Nemocón, donde opera con 150 trabajadores, 28 de ellos afiliados a
Sintramental seccional Zipaquirá, sindicato de industria, y a la vez a
Sintrabel, sindicato de base.
En el año 2005,
cuando la empresa se vio en dificultades y entró en quiebra, los trabajadores
sindicalizados tuvieron un gesto encomiable: congelaron los beneficios de la
convención para salvar la empresa y sus empleos. No obstante, aprovechando la
división interna que en el 2009 partía al sindicato, la empresa impuso un pacto
colectivo a los no sindicalizados, que contempla los mismos beneficios de la
convención colectiva.
Esto representó un
duro golpe para la organización sindical, afirma John Fredy González,
presidente de la Sintrametal Zipaquirá, pues muchos afiliados renunciaron para
plegarse al Pacto, ya que con éste gozan de los mismos beneficios de la
convención, pero sin pago de cuota sindical.
Y al mismo tiempo
empezó la presión y el acoso sobre los sindicalizados. Quien se quedaba sin
fuero era despedido, y ese fue otro motivo que desestimuló la afiliación al
sindicato. El mismo González fue víctima de persecución y acoso cuando asumió
la presidencia de la organización.
“A los compañeros
les da miedo asumir la dirección del sindicato, pero a mí no. Para eso estoy
estudiando derecho, conozco las leyes y ya tengo más herramientas para
defenderme y defender al sindicato”, dice.
La negociación de
la convención colectiva terminó en febrero, sin acuerdo, por lo que actualmente
cursa por Tribual de Arbitramento.
Eecopetrol
Un P.C de facto
Un P.C de facto
Acuerdo 01 de 1977,
es el nombre de un plan de beneficios que desde hace 37 años rige en Ecopetrol
para los trabajadores no sindicalizados, y que de hecho se asimila a un Pacto
Colectivo, como quiera que es un régimen prestacional diferente al establecido
en la convención colectiva.
“Yo lo he
denominado un Pacto de facto —afirma Edwin Palma, vicepresidente de la USO—,
porque nunca ha sido negociado con los trabajadores, y no se surtieron los
procedimientos que el Código Sustantivo de Trabajo fija para esta figura. Fue
un acuerdo de la Junta Directiva de Ecopetrol que fija condiciones laborales
más benéficas a cambio de que los trabajadores no se sindicalicen. Por eso la
USO no ha crecido dentro de Ecopetrol. Los afiliados al sindicato somos menos
de la tercera parte del total de trabajadores. Si ahora somos fuertes es porque
de los 30 mil tercerizados que tiene Ecopetrol en sus diferentes filiales, a la
USO están hay afiliados unos 20 mil”.
El Acuerdo 01 cobija
a más de 6 mil trabajadores, mientras que la convención cobija solo a 3 mil.
“Pero lo curioso es que los 6 mil son supuestamente de confianza y manejo, lo
que quiere decir que éstos duplican a los trabajadores operativos, lo cual es
un absurdo”, agrega Palma.
Por lo regular los
beneficios contenidos en el Acuerdo se cambian cada vez que hay negociación
colectiva con la USO, afirma el directivo. Y lo que la empresa negocia con la
USO lo incluye en el Acuerdo, y en ocasiones lo mejora para que esté por encima
de lo convencional. Por ejemplo, algunas prestaciones son más atractivas en el
Acuerdo, como cursos en el exterior, becas para trabajadores, subsidios, entre
otros. “Es un instrumento que afecta seriamente la tasa de sindicalización en
Ecopetrol”, agrega.
Por eso este año la
Dirección nacional de la USO tomó la decisión política de emprender acciones
jurídicas para acabar el Acuerdo 01, y así garantizar el ejercicio de la
libertad sindical en Ecopetrol; lucha que pasa por la necesidad de lograr la
sindicalización de más de la tercera parte de los trabajadores.
El reto es
convencer a los 6 mil trabajadores no sindicalizados que, bajo la fachada de
ser empleados de confianza y manejo, hoy padecen toda una suerte de derechos
laborales vulnerados, como acoso laboral, sobrecarga de trabajo, etc. “En los
últimos 4 meses hemos acompañado a estos trabajadores y logramos tazas de
sindicalización importantes”, concluye Palma Egea, quien señaló que la USO
también está interesada en promover querellas contra otras dos empresas de la
industria del petróleo que tienen pacto colectivo: Terpel y Wadford, ambas con
afiliados de la USO.
Banco BBWA
P.C que a un sindicato mayoritario lo volvió minoritario
P.C que a un sindicato mayoritario lo volvió minoritario
El banco español
BBVA heredó el Pacto Colectivo que traía Gran Ahorrar, tras su fusión con éste
en el 2005. Y también heredó la convención colectiva cuya titularidad la
manejaban, y aún manejan, 3 sindicatos: ACEB (el más antiguo y mayoritario),
UNEB y SintraBBWA (de empresa), que en ese entonces tenían unos 2.500 afiliados,
de una nómina de 5.200 trabajadores. De tal suerte que la convención aplicaba a
todo el personal del banco.
Tras la fusión el
banco se modernizó y mejoró su plataforma tecnológica, lo que dio vía libre a
recortes de personal y a un cambio en la política laboral. Aumentan las cargas
laborales y se generaliza los arreglos “voluntarios” para salir de trabajadores
antiguos, aparte de los que despide por procesos disciplinarios endurecidos.
Así logró salir de unos 600 trabajadores, en su mayoría sindicalizados, según
cuenta María Consuelo Bautista, de la Junta Directiva Nacional de ACEB.
“A los trabajadores
sindicalizados se les presentaban dos opciones: les regalaban el 20% más de le
liquidación para que se fueran del banco, o de todas maneras los despedían apenas
con la liquidación de ley. Así que muchos prefirieron arreglar e irse. Es más,
a los administradores de las oficinas se les bonifica si logran sacar gente del
sindicato”, anota Bautista.
Y paralelamente
arranca una política de tercerización mediante empresas temporales, que ha
hecho que hoy, 8 años después, el BBVA tenga subcontratada casi la tercera
parte de la nómina en las diferentes áreas de su negocio financiero.
Como resultado de
todo esto los sindicatos quedaron con menos de la tercera parte de los
trabajadores, lo que le permitió a la empresa montar un Pacto Colectivo. Esto
ocurrió en abril de 2006, cuando ésta convocó a un grupo de trabajadores y los
hizo firmar actas con el fin de renovar el Pacto, con un propósito claramente
antisindical, según María Consuelo Bautista.
En efecto, unos
sindicatos que hace unos años, sumados, eran mayoritarios, ahora son
minoritarios. El 80% del personal del banco está por Pacto Colectivo, y el
resto por convención, con el agravante de que tienen menos beneficios los
primeros que los segundos. Previa evaluación, el banco otorga bonificaciones
por diferentes conceptos, que pueden sumar $3 millones al año. Pero son
evaluaciones subjetivas y sesgadas, porque quienes pertenecen al sindicato son
mal calificados y nunca bonifican, dice Bautista. Además para los del Pacto son
superiores los auxilios educativo y de maternidad.
La gente sigue en
el sindicato por su compromiso de lucha, y porque la convención tiene un punto
que no tiene el Pacto: la estabilidad, que data desde ante de 1990, punto que
establece que el despido por justa causa debe ser probado ante un juez. En la
negociación de la convención en el 2009 el banco quiso suprimir este punto,
pero los 3 sindicatos se unieron para defenderlo.
“Sin embargo —acota
la señora Bautista— en algunos casos los jueces han fallado despidos a favor de
la empresa. O sea que el punto de la estabilidad no lo están quitando por la
vía judicial, a rajatabla”.
De todas maneras
entre los afiliados al Pacto hay mucha zozobra, porque cada vez se les exige
mayor rendimiento laboral, deben cumplir metas más altas, sopena de ser
sancionados o despedidos. En cambio los afiliados al sindicato tienen menos
presión en ese sentido, lo cual es una buena razón para renunciar al Pacto y
afiliarse al sindicato.
Otro asunto
denunciado por los sindicatos es que para la renovación del Pacto Colectivo
(periodo 2013-2015) el proceso no se ajustó a la norma establecida en el CST.
La empresa pagó a una firma encuestadora para que determinara la viabilidad del
pacto, pero no hizo la denuncia previa. Simplemente convocaron a los
trabajadores para que eligieran sus delegados y con ellos firmaron el nuevo
Pacto.
Aguas Capital, de
Cúcuta
Pacto impuesto con amenazas e intimidación
Pacto impuesto con amenazas e intimidación
Cuando en el año
2005 la empresa privada Aguas Capital adquirió el sistema de acueducto y
alcantarillado público de Cúcuta, entre los trabajadores se generó la esperanza
de que mejorarían sus condiciones laborales. Pero ocurrió lo contrario, el
salario se les desmejoró entre 10% y 15%. Y en esa tónica continúo su situación
en los años siguientes.
Después vendrían
los líos judiciales de los hermanos Nule, accionistas mayoritarios de Aguas
Capital, que a raíz de eso tuvo muchas dificultades, de las cuales logró salir
pero precarizando aún más las condiciones de sus trabajadores. Por eso 25 de
ellos se organizaron en sindicato para luchar por sus reivindicaciones. Crearon
la subdirectiva del Sindicato de Trabajadores y Empleados de Servicios Públicos
Domiciliarios de Norte de Santander, filial de CTC, que en poco tiempo llegó a
tener 100 afiliados.
Presentaron pliego,
pero la empresa, no solo se negó a negociarlo sino que les cerró las puertas,
no les permitió dar información ni colocar carteleras, los estigmatizó, cuenta
Jonhatan Díaz, vicepresidente de Sindicato. Y aparte de eso despidió a 20
trabajadores con contrato temporal, por el solo hecho de relacionarse con la
gente del sindicato.
Por ser servicio
público no podían votar la huelga, optaron entonces por llevar el conflicto a
Tribunal de Arbitramento, que la empresa se encargó de dilatar. Ante esto
presentaron el caso ante el CETCOIT, que es una instancia de solución de
conflictos avalada por la OIT. Así lograron que la empresa aceptara negociar el
pliego y firmar convención colectiva para los 110 trabajadores sindicalizados,
en noviembre de 2013. Logro principal de esta convención fue la eliminación del
salario mínimo legal en Aguas Capital Cúcuta.
Pero a los pocos
días la empresa hizo una gran campaña a favor de un Pacto Colectivo para los no
sindicalizados, arguyendo que gozarían de los mismos beneficios de la
convención, pero con la ventaja de no tener que pagar cuota sindical. En
efecto, el Pacto fue exactamente la transcripción de la convención colectiva,
solo le cambiaron algunos títulos.
El sindicato dio un
compás de espera para ver la reacción frente al Pacto y así evitar
enfrentamientos entre los mismos trabajadores. Lo que ocurrió fue que la
empresa incumplió algunos puntos del pacto, y ello generó inconformidad, que el
sindicato aprovechó para convencer a uno de los líderes del Pacto, quien
públicamente renunció a éste y adhirió al sindicato, pese a las presiones que
recibió. Incluso recibió llamadas amenazantes al teléfono corporativo de la
empresa, que lo conminaban a retirarse del sindicato. Como también fue objeto
de amenazas y seguimientos el fiscal del sindicato.
A partir de ese
momento la correlación de fuerzas cambió, tras una fuerte campaña el sindicato
logró que muchos del Pacto se afiliaran al sindicato, que hoy ya cuenta con 295
miembros, o sea más de la tercera parte de los trabajadores de la empresa. De
esta manera logró derrotar el Pacto Colectivo y hacer extensiva la convención a
todos los trabajadores. Además logró acabar con los contratos a término fijo,
ahora en Aguas Capital Cúcuta todos los contratos son a término indefinido.
Las diferentes formas de administración y liderazgo en las organizaciones han llevado a que sus trabajadores busquen los mecanismos para hacer ves sus necesidades y sus derechos, uno de esos medios ha sido la creación de sindicatos, los cuales tienen muchos requerimientos y detalles para su constitución y los criterios para dar trámite a sus requerimientos, sin embargo no todas las personas dentro de las organizaciones piensan que para llegar a mejoras laborales necesitan de la creación de este tipo de entes considerando por ende la realización de Pactos Colectivos que a su vez llevan a debilitar a los Sindicatos, ya sea por el número de sus integrantes que se retiran y se asocian al pacto dejándolos con minoría o porque en su reducción se pueda desaparecer la figura.
ResponderEliminarLa figura de pacto colectivo puede ser un mecanismo mejor conciliatorio que el mismo sindicato, ya que estos últimos han tomado la forma de trabajadores rebeldes y tienden a llevar a la discriminación dentro de las empresas.